– ¿Entonces? –
– ¿Entonces qué? Alan, llevame a mi casa. –
– No te voy a llevar. Al menos no lo hare haste que no me cuentes por qué te quieres ir asi… Hace 5 minutos estabas enamorada del local. –
– Y aún lo estoy, pero no quiero estar aqui en este momento. –
– ¿Y todo por ese tipo? Deja el drama!! No parecen cosas tuyas… –
– ¿Y qué quieres que haga? –
– Pues nada!! Ignoralo y ya. –
– Alan, por favor!! No insistas, no quiero estar aqui. –
– Pero si vas a estar. Si quieres subimos a la terraza, alla hablamos y me explicas. –
– Bueno, pero prometeme que si te cuento todo me llevas a mi casa despues. –
– Dale, si me cuentas hago lo que quieras. –
– Ok, entonces no perdamos tiempo.
– Ven. Es por aqui. –
– Estas escaleritas cansan… –
– Mejor, asi rebajas. –
– ¿Qué? ¿Me veo gorda? –
– No vale!! Era jugando. Si quieres nos ponemos en aquella mesa de alla. Es dificil que nos vean si se les ocurre subir. –
– Como digas. –
– Y bien, ¿me cuentas o que? –
– Te voy a contar, pero no quiero que te burles. –
– Tratare de contenerme. –
– Bien, ese tipo me gusta. –
– Lo supuse. Ese tipo te gusta, y….? –
– Y nada. Me gusta. Me gusta y me pone nerviosa. –
– ¿Eso es todo? –
– Si. ¿Que pensabas? –
– No se, crei que la historia tendria una introduccion divertida… O al menos una introduccion. –
– Bueh, hice lo que pude. Ahora llevame. –
– Seh seh. Ni sueñes. Te quedas aqui. Ya que no me quieres contar te aguantas… –
– Es que no hay nada mas… Ni siquiera lo conozco, en serio. –
– No puedo creer eso de ti. ¿Estas enamorada de un tipo que no conoces? –
– Un momento!! ¿Quien te dijo que yo estaba enamorada? –
– Con tu aspecto es facil llegar a esa conclusion. –
– Pues fijate que no. Estas muy equivocado, y ¿sabes que? Voy a quedarme aqui, y quiero un trago! –
– Hey señorita!! Tu no tomas!! No quiero andar de niñero si te emborrachas. –
– Alan, yo no me voy a emborrachar. –
– Asi dicen todas, y despues… Al suelo! –
– No digas boberias. Pideme un trago!! –
– Esta bien. Pero no digas que no te lo adverti!! –
Alan tiene razon, yo no tomo. Pero si me voy a quedar aquí necesito valor.
– Aqui tienes tu bebida, si no te la tomas no importa. No estas acostumbrada. –
– No soy una niña, mide tus palabras. –
– Vero, te conozco. No te hagas la dura conmigo, Ambos sabemos que tu nunca… ¿Que hiciste?-
– ¿Decias? Fondo blanco y todo… ¿Que tal? –
– Esto no me huele bien. –
– Quiero otro. –
– ¿Otro que? –
– Otro trago, vinimos a divertirnos, ¿verdad? –
– No de esa forma, el unico borracho divertido aqui soy yo!! –
– Pide otro, no te preocupes… Ya te demostre que puedo tomar. –
– Mira Veronica: Si este es un cochino truco para que te lleve a tu casa, estas muy mal. –
– ¿Un truco? ni siquiera había pensado en eso… –
– Bla, bla, bla… No importa entonces, no más licor por hoy!! –
– Disculpa, pero creo que ya tengo edad para decidir si puedo tomar o no. –
– Lo sé, pero tengo derecho de preocuparme por ti. –
– No te molestes, ya tengo padres…. MESERO!! –
Ya que Alan no me ayuda, me ayudaré sola. No puedo estar sobria si Diego me llega a hablar.
– Veronica, no sabia que tomabas asi… Vas a secar el bar… –
– ¿Y qué tiene de malo? Eso es ganancia.
– Palabras de alcoholica. –
– Hey Alan, ¿no hay un karaoke por aqui? Quiero cantar un rato. –
– Ay Dios!! Vero, ¿Estas borracha? –
– Borracha no. Divertida Alan, Divertida… –
– Te dije que no tomaras tanto!! –
– No me regañes, ya mi mama se encargó de eso. Que si la uni, que si Andrea, que si los gastos…. Me tiene verde!! –
– ¿Qué te parece si te llevo a tu casa? –
– Ni se te ocurra, ¿Que dijiste hace una hora? Ahora es que queda dia… ¿como me voy a ir? –
– Veronica, ya es suficiente, parate que eres algo pesada y hay escaleras, no te puedo cargar. –
– Ok, ok… Alan ¿Quien es ese igualito a ti que me esta mirando? –
– Es mi hermano gemelo. Camina que no quiero que vomites aqui. –
– Yo no voy a vomitar. Nada mas estoy un poquito mareada. –
– Si, como no. Cuidado con las escaleras, baja con calma. –
– Alan, ¿Tu me quieres? –
– Si, veronica, claro que te quiero, camina! –
– Alan… ¿Te acuerdas cuando te orinaste mi sala en el cumpleaños de David? –
– Madre mia!! usted está grave… Camina un poco mas rapido. –
– Alan me siento mal… Llevame al carro. –
– No puedo, apurate que ya casi salimos de aqui. –
– Alan, ¿Tu me quieres? –
– Camina vero!! –
– No puedo. –
– Deja de hacer pucheros, yo te quiero, te adoro, pero no te desmayes aqui. –
– Alan, llevame. –
– Puchi, por favor. –
– ¿Puchi? Que bello!! te acuerdas de puchi. ¿Ves? ya me hiciste llorar –
– Ven, sube al carro, vamos a tu casa antes de que el fulano ese te vea asi. –